Trabajar en Apple: ¿Sueño o Pesadilla?

Trabajar en Apple: ¿Sueño o Pesadilla?

La historia de Jordan, un diseñador que consiguió su "sueño": trabajar para Apple

Hoy vamos a hablaros de una curiosa historia en la que un joven diseñador de San Francisco, Jordan Precio, entra en una gran empresa como Apple, pero desgraciadamente, después de cumplir uno de sus sueños al entrar en la empresa de Cupertino, decide dejar su puesto de trabajo por diversas razones que os vamos a contar a continuación.

Después de años trabajando en varias empresas relacionadas con el diseño web y diseño gráfico, Jordan consiguió una entrevista para trabajar en Apple. Prácticamente no daba crédito de la gran oportunidad que se le había presentado y había trabajado mucho para llegar a ser un reconocido diseñador gráfico y qué mejor empresa para conseguirlo.

Después de una escueta entrevista, Jordan recibió una llamada, justo el mismo día, con la que le dijeron que estaban interesados en contratarle de diseñador móvil. Esa fue una de las mejores noticias para Jordan que no tardó apenas minutos para comunicarlo a sus seres queridos, publicarlo en las principales redes sociales y salir incluso de fiesta para celebrarlo con sus amigos y compañeros cercanos. Fue una gran noticia para él y los días previos a su fecha de inicio en la empresa, apenas podía dormir. Jordan era un mar de dudas, no sabía ni a que se iba a dedicar, ni en que consistía su labor en la empresa exactamente, pero ese aspecto no le preocupó demasiado porqué estaba convencido de que le iban a dar toda la información necesaria el primer día de trabajo.

Entonces, llegó el gran día, Jordan se dirigió de San Francisco a Cupertino en un autobús privado con WiFi, pero eso fue lo único que pudo disfrutar de su empleo en la empresa de la manzana. Como bien dice Jordan: “apenas vi a mi hija durante la semana porque el horario en Apple era muy inflexible”. Además, al aceptar el empleo en Apple, Jordan vio reducido su salario de forma notoria, asistía a reuniones todo el tiempo, algo que según él “era perjudicial para la productividad de todos los empleados”. Todo le parecía un poco extraño y a su vez molesto, pero no quiso preocuparse, pues pensó que eso sólo sería pasajero y que cuando se adaptara a la empresa todo iría mucho mejor.

A todo eso se le podría sumar los abusos que sufrían los empleados por parte de su jefe inmediato, o productor, como bien se conoce en la compañía. “Tenía la costumbre de hacer insultos personales en forma de chistes a todo el personal que estuviera por debajo de él”, afirmaba Jordan, “pero luego, comenzó a hacer insultos directos e indirectos dirigidos a mi persona”.  Al parecer, el productor jefe de Jordan no paró en ningún momento de amenazarlo diciéndole que su contrato no sería renovado si no era capaz de realizar la tarea que él le mandara, además de ser una persona grosera y poco democrática.

Jordan, muy decepcionado con todo lo que estaba sucediendo, decidió aguantar para tratar de ver el lado positivo de las cosas, ya que siempre había soñado en trabajar en la empresa de Cupertino como diseñador. Como explica Jordan, “mis compañeros eran muy buenos haciendo diseñando, eran los mejores que jamás había visto. Me encantó la atención milimétrica que Apple ponía en todos sus procesos. Cada píxel de la pantalla, función e interacción eran examinados y re-examinados... la comida de la cafetería estaba muy rica y me encantaba mi nuevo iPad Air”.

Jornada interminables, muchísimas reuniones improductivas e insultos constantes de su superior directo

A pesar de todo eso, parece que los insultos, las bromas y la negatividad de su jefe le privaron de abrirse a sus compañeros, de centrarse plenamente en su trabajo sin estar presionado y muchas otras cosas que hacía de Jordan un ciudadano amargado que sólo pensaba en que el viernes llegara pronto y que los domingos nunca se terminaran.

Una buena mañana Jordan se levantó un poco más tarde de lo habitual, perdió el bus privado de Apple y terminó yendo al trabajo con su propio coche. Aún recordaba esos días previos a su incorporación a la empresa de Cupertino cuando tenía tiempo para acompañar y recoger a su hija en el colegio. Ese mismo día, fue algo intenso para Jordan, nada más llegar a Cupertino tuvo que asistir a otra nueva reunión, y justo después de esa reunión dedicó gran parte del tiempo a terminar el proyecto con el que estaba trabajando su equipo.

En ese momento, su jefe volvió a utilizar su más despreciable arma y atacó verbalmente a Jordan. El joven diseñador intento hacer oídos sordos y trató de ignorar lo que su productor jefe le dijo, pero se dio cuenta que nada de eso tenía sentido si no podía concentrarse en su propio trabajo y su vida era una esclavitud constante. “¿Debo renunciar a mi contrato con Apple? ¿Podría llegar a cumplir todo el período de mi contrato? ¿Me puedo cambiar a otra empresa de semejante nivel? ¿Cómo puedo estar pensando en irme si yo siempre había soñado en trabajar en la empresa de Cupertino?”. Estas fueron algunas de las preguntas que le vinieron a Jordan después de oír de nuevo a su jefe atacándolo mediante insultos barriobajeros.

Al terminar el día, Jordan limpió todos los datos del iPad Air, puso los archivos con los que estaba trabajando en el servidor de la empresa y dejó todas sus pertenencias en la mesa, se metió en el coche y regresó a casa. Antes de eso, no quiso olvidarse de dejarle una nota en forma de mensaje a su jefe:

“Eres el peor jefe que he tenido nunca a lo largo de mi carrera profesional y ya no puedo seguir trabajando contigo, a pesar de lo importante que es Apple para mi currículum.”

Jordan confiesa no sentirse muy orgulloso de si mismo por la toma de esta decisión, ni de haber hecho lo que hizo, ni que tampoco esta pasando por un bueno momento personal pues tenía muchas expectativas con esta nueva oportunidad laboral y confiaba plenamente en sus capacidades para poder triunfar dentro de la compañía.

Nadie duda que Apple es actualmente una empresa líder en innovación y diseño dentro del mundo tecnológico pero, como en otras muchas empresas, tiene un lado oculto y ese lado puede hacer que un joven diseñador quiera trabajar desesperadamente en la empresa, y unos días después odiarla.

Seguramente haya muchas otras historias de trabajadores encantados con su puesto de trabajo en la compañía californiana, pero en esta ocasión no estamos ante una de esas historias.

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