Obsolescencia programada o por qué tu iPhone no durará más de dos años

Imagina un mundo en el que te compras un iPhone o un iPad y puedes usarlos hasta que un día te apetezca comprarte otro, pero que en ningún caso sufre de obsolescencia programada y por ejemplo Apple lo deja fuera de sus actualizaciones. Ojo, que esto no es algo exclusivo de Apple, de hecho si hay gadgets diseñados para durar cuidando al máximo la calidad, ésos son los fabricados por Cupertino. Pero aun así, no existe una sola empresa tecnológica que fabrique algo para que dure toda la vida, de lo contrario... vaya negocio. Obviamente, piensan más en sus bolsillos que en el medio ambiente.

A continuación repasamos un informe realizado conjuntamente por Greenpeace y iFixit en los que han destripado más de 40 smartphones, tablets y portátiles de los últimos años, para ver cómo las empresas deliberadamente planean la obsolescencia programada de sus gadgets.

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Las 5 formas de acelerar la obsolescencia programada de un gadget

Los dispositivos se diseñan para que su reparación sea complicada

Cambiar la memoria o actualizar el disco duro de un portátil no es tan sencillo como solía ser antaño. ¿Por qué? Básicamente, porque la tendencia consiste en soldar los componentes a la placa, para que la reparación sea mucho más complicada.

Lo mismo sucede con el cambio de batería o de pantalla en el caso de los smartphones, que antes podía hacer casi cualquiera y ahora cada vez intenta restringirse más el acceso, para que o lo haga el servicio técnico autorizado o directamente te salga más rentable comprar uno nuevo. ¿Claros ejemplos de estas prácticas? Apple, LG o Samsung.

Dispositivos cada vez menos robustos y más frágiles

Que levante la mano el que alguna vez se le haya roto el móvil. Y es que cualquier caída es casi fatal, al margen de los piques y rayaduras, cada vez es más frecuente que los smartphones apenas soporten una caída del bolsillo sin funda para que su pantalla se resquebraje.

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La razón es que están fabricados de vidrio, y aunque cada vez se innova más en materiales, lo de las pantallas es un mal endémico, algo que va a ir en aumento con esta tendencia actual a fabricar smartphones sin marcos, con todo el frontal hecho de cristal. No hay más que ver el Samsung Galaxy S8 y el iPhone 8 que está por salir en septiembre.

Las baterías, cada vez más difíciles de sustituir

En el caso de iPad y iPhone, siempre ha sido así, pero antaño era bastante fácil retirar las tapas traseras y cambiarla sin apenas esfuerzo. ¿Os acordáis de las explosiones del Samsung Galaxy Note 7? Podrían haberse evitado fácilmente de haber contado con baterías extraíbles. Desafortunadamente, casi el 70% de los dispositivos analizados tenían baterías que o eran difíciles de retirar o directamente imposible hacerlo, como en el caso del MacBook de Apple o el Samsung Galaxy S8, al estar adheridas a los paneles del dispositivo.

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Las herramientas para reparar cada vez son más exclusivas

Incluso cuando la reparación es posible, cada vez es más cara y requiere de más tiempo, y las herramientas empleadas no son estándar, sino que son necesarias destornilladores específicos: el iPhone de Apple, el Oppo R9, Huawei P9... son algunos ejemplos de dispositivos que requieren instrumentos especiales.

Los manuales y las piezas no son fáciles de conseguir

Muy pocos fabricantes proporcionan información sobre cómo reparar sus productos. De hecho, de las 17 marcas analizadas en el estudio, sólo tres -- Dell, Fairphone y HP -- proporcionan tanto piezas como manuales de reparación.

¿Qué gadgets eco friendly podemos comprar?

De lo extraído en el estudio queda claro que marcas como Fairphone, Dell y HP facilitan la labor de la reparación en caso de avería, algo a tener en cuenta.

Asimismo, dentro del mercado de los smartphones, sorprendentemente tanto el iPhone 7 como el iPhone 7 Plus destacan como terminal verde al obtener una puntuación de 7/10, con menciones positivas sobre su pantalla. Por lo tanto, podríamos decir que se trata de los dos smartphones más ecológicos del mercado.

Otro factor a tener en cuenta que Greenpeace no ha incluido en su estudio es la reutilización, algo en lo que Apple destaca, es decir, que mientras a los dos años muchos terminales de otras marcas son inutilizables, en Apple siguen siendo operativos, por lo que una alternativa sería venderlo para que otros usuarios menos exigentes les dieran una nueva vida.

Vía | Greenpeace